domingo, 3 de marzo de 2013

Los alvéolos pulmonares


¿Cómo son los alvéolos?

Los alvéolos son pequeños sacos que se encuentran al final de los conductos respiratorios. Están recubiertos de capilares muy finos para facilitar el intercambio gaseoso. Tienen forma redondeada y se asemejan a un racimo de uvas. Poseen una sola abertura para que salgan y entren los gases, controlada por la acción de una estantería de músculo liso. Sus paredes, llamadas setos alveolares, proporcionan un gran aumento de la superficie de intercambio y están revestidas en su interior por una capa de mucosa.

Algunos  alvéolos se comunican entre sí por intermedio de aberturas de 10 a 15 micras de diámetro en la pared alveolar que recibe el nombre de poros de Kong y que tienen como función permitir una buena distribución de los gases entre los alvéolos, así como prevenir su colapso por oclusión de la vía aérea pulmonar.



¿Qué ocurre en su interior?

En los alvéolos se realiza el intercambio de gases (O2 y CO2) entre el aire que hay en el interior de los alvéolos y la sangre que circula por los capilares sanguíneos. El intercambio de gases ocurre mediante un proceso físico llamado difusión, que consiste en el desplazamiento de las moléculas de donde hay más concentración a donde hay menos.
El oxígeno entra a la sangre a través de los capilares que rodean a los alvéolos pulmonares. Es transportado en la sangre por una molécula llamada hemoglobina, de intenso color rojo. El oxigeno se adhiere al hierro encontrado en la hemoglobina. La hemoglobina se encuentra en los glóbulos rojos o hematíes.
El dióxido de carbono se transporta disuelto en el plasma sanguíneo (la parte líquida de la sangre). Cuando llega a los alvéolos pulmonares es expulsado por medio de la expiración.



 
Datos curiosos:

Cada pulmón adulto suma unos 300 millones de alvéolos. Si los estirásemos ocuparían alrededor de unos 75 metros cuadrados.

Videos sobre los alvéolos pulmonares:


Una pequeña actividad interactiva:



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